En Guardamar se esta tan bien, que nadie se quiere volver.
Y aunque realmente no puedo considerarla del todo valida por tener la cabeza en otras mil millones de cosas y por pedir horas libres para darle al coco y a la memoria, puedo decir sonriendo: Primera semana superada. Primera de los 6 meses que me quedan. Siendo el viernes la prueba de fuego. Madrid, noche helada y yo andando por la Plaza de San Miguel en busca de mis futuros compañeros de trabajo. Una vuelta, nervios y por fin encuentro el bar. Entre cervezas, ensaladilla y croquetas ellos y de repente yo. Algo incomodo pero mejorando por momentos. Quizá es pronto para afirmar que todo ira bien, pero realmente esa noche me dio la impresión de que si. Finalmente acabamos cambiando los pinchos por copas y las copas intercaladas con pequeños bailes donde a cada ratito iba conociendo a alguien nuevo. Llegará el momento de sufrir, pero de momento me quedo con esto. Es justamente lo que necesito.
Igual que necesitaba momentos como los de ayer. Haciendo de cocinillas, unas cuantas botellas de vino y nada mas que nosotras. T vino a pasar unos días y eso nos unió de nuevo, como antes, como si el tiempo no hubiera pasado y las cosas no hubieran cambiado. Tan bien, tan bien que se me volvió a alargar la noche casi sin darme cuenta. Agusto, muy agusto.
Me tiro a la piscina.
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