domingo, 13 de marzo de 2011

Mi querida George,

Tengo que decirte algo absolutamente estúpido y ridículo. Estoy escribiéndolo como un idiota en lugar de habértelo dicho, no sé por qué, cuando regresamos de ese paseo. Esta noche debería estar enojado por haberlo hecho. Te reirás en mi cara, me tomarás por el constructor de frases en mi relación contigo a partir de este momento, me mostrarás el camino de la puerta y pensarás que estoy mintiendo.

Estoy enamorado de ti. Lo estoy desde el primer día que nos conocimos. Pensé que me curaría si te veía como a una amiga. Existen muchos aspectos en tu carácter que me podrían curar, he intentado convencerme de esto todo lo que he podido. Pero pagaría gustoso por los momentos que paso contigo. Prefiero decírtelo y actuar correctamente, porque sufriré mucho menos si me curo al mostrarme tu la puerta [...].Decidí hacerte saber que estaba fuera de la ciudad, pero no quiero que eso se convierta en un misterio ni que tenga la apariencia de una pelea sin razón. Ahora, George, dirás: “otro tipo que está apunto de convertirse en una molestia”, como sueles decir. Como no soy el primero, dime, como me lo habrías dicho ayer hablando de cualquier otro, que debo hacer. Pero te pido que, si pretendes decir que dudas de la sinceridad de lo que estoy escribiendo, entonces no contestes en absoluto. Sé lo que piensas de mí, y no tengo nada que esperar si te explico esto. Sólo puedo prever la perdida de una amiga y las únicas horas agradables que he pasado durante un mes. Pero sé que eres amable, que has amado, y confío en ti no como una amante, sino como una compañera franca y leal. George, soy un idiota al privarme del placer de verte durante el poco tiempo que vas a seguir en París, antes de tu partida hacia Italia, donde habríamos pasado juntos tantas noche maravillosas, si hubiera tenido la fuerza para ello. Pero la verdad es que sufro y que mi fuerza está desapareciendo.

Alfred de Musset

Alguien puede preguntarse que ocurrió después de la carta y con el viaje a Italia que se menciona. George Sand y Alfred de Musset se convirtieron en amantes, fueron juntos a Italia lo que fue un desastre absoluto. Su relación no duró mucho más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario